domingo, 22 de septiembre de 2013

Tu lugar.

      Estoy siendo sincero cuando digo que tengo lo que quiero.
     Estoy siendo sincero cuando digo que no tengo lo que quiero.
     La conformidad, estabilidad emocional y satisfacción no son los atributos más definitorios de mi carácter. 
   El problema no trata de no ser feliz sino que este radica en serlo y sin embargo no saber apreciarlo, valorarlo, disfrutarlo y estar satisfecho con ello. Cuando llegamos a este punto entran en juego otra serie de factores y  es que no es nuestra culpa puesto que pasan la vida repitiéndonos que busquemos la felicidad pero nadie nos dice cómo es, qué hemos de sentir cuando nos hallemos en ella y como disfrutarla. Estoy seguro que eso que tanto he de buscar lo estoy viviendo, pero me da miedo gritarlo por miedo a romperlo. Ha venido a mí sin ser avisado y ahora tengo tanto entre mis manos que no sé cómo arreglármelas para no caerlo. Voy a ser cuidadoso y dejarlo llevar, ser persistente y astuto, engañar al miedo y la desconfianza, adelantarme al futuro y crear presentes a mi favor. 

   A veces creemos que huir es el remedio de todo, pero ¿cómo huir de uno mismo? Si no consigues esto nunca dejarás atrás eso que ansías evadir o eludir. Quizás afrontarlo sea duro pero más inteligente que apartarlo todo y esconderlo en un lugar que tarde o temprano se cruzará en tu camino.

   Hablo desde la comodidad, he encontrado mi rincón y lugar de paz y no me refiero a un donde metafísico. Desde aquí me atrevo a decir que vale la pena la espera, la esperanza, la lucha de tú a tú, de yo a yo, de ser a estar y de creer en lo que no se sabe que existe porque cuando encuentras lo que no buscas, dejas de ansiar lo que no necesitas.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Por ti.

  Hoy pruebo a escribirte a ciegas, guiándome por los recuerdos de tu ayer, por las curvas de tus verdades, por la rectitud de tus halagos, por los golpes de tus besos, por los latidos de tu sexo, por los conciertos de tus manos al tocarme...y me pierdo. Intento buscarte en cada sentido de mi yo...y me pierdo. Llamo a cada puerta con tu dirección...y me pierdo. Pronuncio todos tus nombres, con cuidado de no despertarte en todos tus seres...y me pierdo. Busqué la manera de encontrarte, logré verte una vez pero al intentar seguirte...me perdí.
 Averigüé porqué cada vez que intentaba saber de ti me perdía y se trata de la paradoja más bella que haya sido y será, pues te he buscado en tu apariencia, en tu físico y estar, en tus más y tus menos, en tus andares y hablares, en tus risas y llantos, en tus voces y silencios, en tus escritos y borrones, en tus fotos de color y en blanco y negro, en todos los posibles que podía imaginar pero nunca te busqué en mí y es, sin duda alguna, donde te expresas en tu mayor plenitud. Porque si eres lo que eres para mí es porque ahora yo soy lo que soy, por ti.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Nota de un enamorado.

  Hay veces que me encierro en los lugares más alejados, en molinos de viento de aspas con luces, que dirigen el camino a soñadores perdidos cuyo lugar de encuentro son los lagos de ideas donde habitan peces bailarines con sonrisas falsas y faldas de ballet. Allí me marcho a cantar mis canciones más silenciosas, a rezarle a mis fantasías, a llorar mis alegrías en la compañía más solitaria.


  Voy hasta donde ya no puedo verte, para así lograr pensarte, ensoñarte en la más penosa de tus enseres porque es imposible hacerte justicia en algo tan vano como un pensamiento. Aun así te juro amor, un amor que no tengo y me supera, que te doy desde lo más cerca y que echo en falta a lo lejos, que desde antes de tenerte ya te pertenecía y que seguirá siendo tuyo cuando caduque la palabra amor. Entre las distancias de mis miedos encuentro la esperanza de aferrarme a tu cuerpo, entre los momentos de anhelo y llanto encuentro el más puro de tus suspiros, entre tanta gente te encontré a ti.

   Donde nadie puede encontrarme me pierdo de mí para seguirte desde cerca y allí apreciar con más atención cada gesto. Para ser parte de cada movimiento, para secundar tus pensamientos con un recuerdo, para brindar tus aciertos y amar tus errores, para lamer tus lágrimas y beber tus risas, para cuando en compañía de todos sientas un vacío, llenarte, para cuando sola no veas más que tus manos y pies cierres los ojos y me veas a mí. Porque no soy más que un mandado de la locura a cuidar tu razón. Porque no soy más que un enamorado, que aun siendo libre trata de encarcelarse en ti.

viernes, 13 de septiembre de 2013

Días que pasaré aquí.

  Pasaré unos días aquí, cerca y a la vez lejos de todo, apartado de la realidad que rodea una vida repleta de necesidades sin necesidad, de caprichos envueltos en dinero, sudado de resentimientos y culpa, que crecen en fértiles tierras de nada y de nadie, pues he sido creado de momentos y de influencias, pues soy objeto de una sociedad pasajera y también eterna, que calla y grita verdades que esconden mentiras. 
 
  He venido a nadar en la experiencia non grata, en el resentimiento y la ayuda, en el escarmiento, el miedo y la vuelta a la inocencia, en el vencimiento y en la alzada, en el golpe, la herida y la cura. 
He venido a ahogarme en una vida llena de lo más vacío. 
He venido a aprender de lo que nadie debería saber. 
He venido para saber irme. 
He venido.

  No busco escarmiento, ni arrepentimiento, ni culpa, no busco encontrar lo que no ansío, lo que no necesito, lo que tengo y no me atrevo a ver o por contra, que veo y no quiero creer. No busco nada porque no tengo nada que buscar. 
Si hoy, ayer y mañana he venido hasta aquí será para saber que si soy es porque quiero ser, que si he sido es porque tuve el valor de ser y que si seré será porque nunca he podido ser menos que, en definitiva, SER.

martes, 10 de septiembre de 2013

Ayer me dejó mirarla mientras se desnudaba.

  Ayer me dejó mirarla mientras se desnudaba.
  Encontrábame en la cama, tirado y con las manos tras mi cabeza, ella entró en silencio y sin prestarme demasiada atención. Se colocó frente a mí, a los pies de la cama y con la mirada fija en la nada comenzó a quitarse los pantalones, sutilmente, sin prisa y con delicadeza. No se cercioró de que la observaba sin ningún disimulo hasta que suspiré y me oyó, subió la mirada y sonrió. Me pidió que dejara de mirarla así pero me negué rotundamente, era increíble verla en esa situación. Siguió haciéndolo pero ahora un tanto avergonzada, no obstante no cambió sus gestos tiernos y lentos. Cruzó los brazos para, agarrando la blusa desde abajo, tirar de ella y hacerla salir por la cabeza, dejando así desnudo su vientre y el pelo cayendo por la espalda. 
  No es tan bello verlo como sentir como después de quitarse la ropa se hundió la cama al tirarse a mi lado y darme la espalda, tras lo cual con un leve sonido me hacía entender su deseo de que la abrazara por la espalda. Y así lo hice.

Mi puerta.

  Tengo una historia aguantando la puerta de mi vida, cada vez que paso por esa puerta me resbalo y no paro de caer,de desordenarla o acabando releyéndola. 
Hoy he cortado un trozo de cartón, parece ser de las proporciones idóneas. He probado a sostener mi puerta con él y encaja a la perfección.
  Me he desecho de la historia, la he apartado y renovado, no cambiado pero si superado y puesto en su lugar algo más acorde a mi tránsito continuo por la puerta, que al contrario de dificultar mi paso por ella, me lo facilite.
  

lunes, 9 de septiembre de 2013

A ti.

 Tu piel escribe en mi alma el relato de tu pasión, cariño y deseo. Seré aquello que brota de tu dulzura y fervor. Haré sentido de tu acción pues guardaré en un recuerdo lo ocurrido, porque olvidar sería una muerte si no te logro volver a pensar. 

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 No quiero ponerme sentimental pero creamos de desperdicios del pasado recuerdos imborrables, que no esperanzadores ni motivadores, solo recuerdos que se suman a la negativa de crecer y madurar, que nos atrapan y no nos dejan superar. No quiero estancarme y por eso pretendo huir, no es que sea un secreto pues lo digo de antemano, me iré. Cuan fácil parece referirse a la escapada cuando es de un donde físico, pero hablo de uno mismo, de evadirse y marchar, que notes tu ausencia misma, que sepas que no estás pero así aprender a vivir sin ti, porque hay momentos en los que hay que saber estar sin uno mismo.

Andar.

 Me gusta, relaja, desinhibe, y ejercita. Es como correr pero mas lento. Es como volar pero sobre el suelo. Es como hacerle el amor a la superficie, porque lo haces de forma relajada, con cierto cariño, con miedo a acabar, en una búsqueda de placer tanto físico como mental y siempre, con protección.

Camino.

  Porque el camino se hace eterno cuando no esperas nada. Esperanzado lo emprendes para en él, olvidar la razón de su inicio. A veces podemos encontrar intereses en el trayecto que puedan separarnos de nuestra finalidad pero ¿qué es la vida sino la búsqueda de algo que ni siquiera tenemos claro que exista? En ocasiones es más fácil aferrarse a lo que tenemos conciencia que es real, que podemos sentir y tener patente. Puede que no merezca la pena arriesgarse a adentrarse en el camino y en la búsqueda, pero yo prefiero vivir esperanzado que “vivir” conforme.