Hubo vidas en las
que nací ciego.
Hubo vidas en las
que nací sordo.
Hubo vidas en las
que nací, sí, y ahí quedé.
Hubo vidas en las
que nací pobre. Pobre en la emoción y en el tacto, en las que
reconocía los gestos por la mera impresión de la realidad.
Hubo vidas,
varias, en las que nací en contraste, rebelde ante la imagen de un
yo moderno y envenenado.
Hubo vidas que
perdí.
Hubo vidas que
volví a perder.
Hubo vidas de
impresión loca y vivaz, entre fiestas de bochorno y mundanalidad.
Hubo vidas y
venidas.
Ahora queda esta.
Llena desde el principio hasta el hoy, todo se aglomera en este corto
periodo de tiempo que es la existencia singular, en la que como en
todo, perecemos intentando alcanzar la eternidad.
Que quede aquí,
mi más sincero pésame, hacia mí y YO. Todo egoísmo es el
ahora (JAJA, ahora es todo egoísmo). Nacerán las risas y el llanto
en un mismo instante, y reiremos y lloraremos juntos,
sobre hombros y suelos, ambos de tacto arenoso y olor a madera
húmeda (((¿¿todos somos de todos??))). Conscientes inconscientes
que apuñalan su propio alma porque desconfían del ser supremo que
domina los cuerpos y los somete, erguidos, en fila india y azote
constante.
(DISCREPO)
Hoy, vida
presente y única, concurrían mis horas en una biblioteca del centro
de una ciudad. Allí, mientras intentaba resolver mis problemas de
concentración, comenzó a sonar un clarinete, de fondo, muy de
fondo, con cambios de tono y ritmo. A una velocidad pasmosamente
lenta y tranquila, con una serenidad enloquecedora y romántica.
Recordé entonces mi pasado, más natural que este, siendo la
juventud únicamente real en la niñez más absoluta. Iba, dos veces
en semana al conservatorio, distraído y desinteresado ¡PERO QUÉ
GILIPOLLAS! (...shhhh, era solo un niño). Y ahí queda todo, en ese
intento de comprensión/perdón, que ahoga y deja cada vez ese cuello
más fino y sin necesidad de aire. Yo que quise ser todo, llego ahora
sin capacidades, pero obediente, muy obediente ¡SÍ-MÍ-SÁR-GÉN-TÓ!
(VUELVO A DISCREPAR)
Volvamos a
las vidas pasadas, por favor, amor, amor mío, incandescencia de las
olas en la oscuridad, escarcha (de mis aguas y mis aguas y tus aguas,
que son aguas en mis aguas), flor, invento de rama y pétalos, de
blanco y negro por ser TÚ demasiado color ¡VOLVAMOS! Concédeme
esta súplica si es que me crees ¡porque yo te creo! (grito
pero suave, muy suave). Sabes bien amor, mi amor, amor mío, que en
esta luz dispar que es el día, concedo todo mi ser a sucumbir en tus
brazos, y si fuese manca tu existencia en tu pecho, y si por alguna
razón demoníaca de ello se te despojase, caería rendida en tu
recuerdo, y, (sí, mi amor...sí) ¡dios no lo quiera! Hallasen mi
mente en la locura, sería porque es verte en la invención donde
únicamente puedo. Por favor, mi amor, mi más sincero amor,
volvamos, allí, a esa vida que se nos arrebató antes siquiera de su
concepción.
(NO PUEDO DISCREPAR AQUÍ)
Hubo vidas de ser
y ver. De ver y ser. Hoy es vida ¿ayer?¿mañana?
(Esto es una crítica) (¿o no?)