martes, 15 de septiembre de 2015

15/09/2015

Después de meses bajo un techo de cristal, olvidamos el tiempo.
Después de meses sin hablar, olvidamos las risas y nos quedamos en los huesos.
Después de meses consternados por la espera del deseo, olvidamos los gestos, las esperanzas e incluso la propia espera.
Después de meses, solos, olvidados, odiamos…
Sucumbimos finalmente a las palabras, vacías por su desuso, sin sentido. Tardamos días en encontrar coherencia a nuestras expresiones, ayudados por gestos malignos de unas manos duras, secas y agrietadas por la sal de lo que un día fueron lágrimas (de un llanto teatral, parte de un juego de sensaciones rotas, del que nos hicimos expertos, maestros de un maltratar singular, presos de nuestro propio vicio. Asesinos de costumbres). Nos prestamos miradas de cientos ¡miles! Habíamos cambiado, ella mayor y yo, peor. Constantes, solo actuó el tiempo. Como si fuésemos barcaza y no cuerpo, y la marea un mal ejemplo, atracamos en la ausencia del cariño. Fríos. Permanecimos en el ajetreo del ajedrez carnal. Perdimos, perdiste, perdí y herí (jaque).
Ya longevos, cruzamos las circunferencias de nuestros espacios y acordamos ceguera y tacto. Recuperando el aliento entre ahogos jovenzuelos, dilatando los esfuerzos de vidas pasadas, corrimos entre los calores de tierra yerma.
Hambre. Hambrientos...volvimos a separarnos.
La tarde de un día antes o después, amenazada la cordura, me habló: “a veces, cuando estoy triste y pienso en mi madre, escondo los ojos y escurro mis piernas. Se me amarga la piel y se enredan mis dedos. Cruzo el aire en duelo, por el balanceo entre sus brazos. Lloro, con fuerza y energía, suplicando por cualquier banalidad. Crezco despacio, me duelen los huesos, pero aún más sus…¡me suelta para bailar! (o eso creo), la veo reír, girar y girar, intento aplaudir pero, no sé. Luego despierto, no recuerdo si en cama o suelo, pero las paredes gritan y el cielo cae; yo me tapo, hasta arriba ¡ARRIBA! Y rezo sin saber creer. Viene, me besa y se va...se va...se va...(por favor no te vayas, no te vayas mamá...no te vayas...mamá...)” De repente se tapa, como me cuenta y narra. Agarra con fuerza una manta de color oscura que creó nuestra imaginación, yo marcho a socorrerla, tardo horas, días, semanas… llegué tarde (o temprano). No quiso mi consuelo, ayuda o exceso. No quiso. Pero no me fui. No me he ido.


lunes, 7 de septiembre de 2015

P3

Tras cientos, miles de punzadas, amanece.
He soñado tan fuerte que he despertado en tu boca
educada y perfecta. Perfectamente educada, duerme.
Insiste en conceder, bajo condición, cuna.
Yo acepto el arrope
pero no las dotes, ni eco de burla.
No escucho el galope ¡a lo lejos un trote!
Que apabulla la inhumanidad del aire.
Vuelvo a la estancia de un grupo cobarde
ellos dilatan sus pulmones ya ahogados
y tú tratas de socorrer el contraste.
Notamos el peso de un sucumbir de plomo.
Carentes y ausentes volcamos los pozos
perdimos sus aguas, morimos de pena
¿dónde queda la virtud de una súplica?
Repletos de una serenidad vaga, que esconde las alas
rogamos, amantes, de cuerpos distantes, esperanza.

domingo, 6 de septiembre de 2015

Sociedad.

    A mí, esta sociedad, me repugna. Avanza a un ritmo estrepitoso hacia el declive de lo moral, pues hemos olvidado que somos sujetos de la razón, y no del instinto. Como animal, este empuje (instinto) nos lleva a la búsqueda irreprochable de la supervivencia de UNO y a trasgredir en su intento el concepto más básico de toda civilización: ¡NO MATARÁS! No, no hablo de asesinar a un otro (que a veces también, aunque sea de manera indirecta), sino al ser que propiamente te insta como tal, el humano, el propio. Pues es el sucumbir a lo material y a lo irreal (PORQUE ¡JODER! EL DESEO DE LO MATERIAL ES PURA FICCIÓN) lo que convierte algo tan simple como la opinión en un juego POBRE de palabras. Hemos olvidado que creer es relativo, ya sea en una religión o en una verdad suprema como 'la muerte' pero ¿estamos vivos? ¿sabemos qué es vivir? La comparación. Comparamos realidades que ya demacradas son pura galería de exhibición. Llegamos al desayuno pensando en el almuerzo, al almuerzo en la cena y a esta en qué pastilla me tomaré para poder dormir bien. No sé si me explico, seguramente no, pero es que me da asco. Odio esta sociedad.
Es un canibalismo utópico en el que somos presa de nuestra propia codicia ¿todos queremos lo mismo? ¿lo deseamos? ¿coincidencia? Qué simbólico es un ejemplo del admirado, del feliz, del poderoso ¡Corramos todos a esa colmena que muere a paso agigantado y que algunos llaman 'éxito'. Atravesemos ese surco tan estrecho que separa unas gentes de otras (porque, es estrecho ¿verdad?). Fulminemos el tiempo, es solo tiempo. Adoptemos la postura del inconsciente, que repara los conceptos de forma ardua y tenaz para que quepan en su dulce cabecita. Sobrevaloremos, por favor, más. Minusvaloremos...más aún, si es posible hacerlo!

Hemos olvidado (desgraciados de nosotros) que ser humano es una responsabilidad, tanto individual como COLECTIVA. La relación matemática que nos separa, nos une de igual forma. El problema es que el poco escrúpulo y la condición tácita del exilio corporal arremete con fuerza y hunde las mentes en el YO>>>>>>>>colectivo. Recalco: esta sociedad me deprime.

Es irónico, triste y arrebatadoramente doloroso saber que, acabaremos dando la vida por vivir, cuando vivir ya no es vida.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

(No sé)

    ¡Son tan tranquilos tus inviernos! Inexistentes en tus pieles salinas y veraniegas, que adoro y adoro. Añoro, pues hay perspectivas en las que te pierdo y, te añoro. Pero olvídalo, ahora olvida eso, hablemos de hoy. Es hoy cuando la espera me grita '¡LOCURA!' Alejando los matices del pensamiento y volviéndome ¿loco? No sé, me tienta la altura y soy débil ¿por qué no vuelves? Repetidas veces es incansable y ensordecedor. He prestado santuario pero no sentimiento, ni siquiera sabor. Tengo miles de enemigos ('¡SHHHHHHHH, CALLA!') vienen a mi encuentro, sedientos de una pérdida, un vacío de dioses y leyendas, no soportan ese esbozo saltarín que bota y bota en sus cabecitas ¡me quieren a mí! Pero yo...yo soy tuy¡HE DEJADO DE ESPIARTE! Lo juro, hacía frío y estaba oscuro, demasiado para que las cortinas taparan tanta noche. Anoche bajé a la ciénaga de los zumbidos, allí, a silbidos, te compuse una canción de cuna (jaja, reirás, yo sé que reirás), sonaba así y 'asá'. (Es tan efímero el rasgar de tu pelo en el aire y, tan eterno el verte pasar sin poder mirarte) no sé, hace mucho que no sé.
Ahora que te pillo a lo lejos voy a llenarte de confesiones, leves, tan delicadas que ignorarás la razón de mi cuerpo, etéreo y sin fortunas. En esta juventud equívoca que el alma marchita, somos 'niños' en boca de todos y en delirio continuo, yo (perdóname) arroparé los molinos de montes que velarán mi duelo (supongo que eso es que muero, no sé, ya te he dicho antes que hace mucho que no sé).

(La fotografía pertenece a @colinsuss on instagram)