Ella intenta escapar, fluye y desorienta, corretea por mis sentidos y hace suyas mis orillas sin cosquillas, buscando encuentros con su propio yo.
En alevosía a mi cuerpo me hago hogar de su dormir, en cautela infinita, creando constelación de sus sueños. Entre fríos sin sábanas, canciones hechas viento y sombras de media tarde trato de arroparla con aliento de mis gritos vacíos, que prometen amarla.
En cadenas de papel arrojo mis lágrimas y la hago libre. Camino, que sin tierra se hace polvo y borra huellas. SANA...
Viajo, en paseo delirante. Fantasía sin tiempo ni color, voz interior con escala hecha dogma, a la espera de un concilio con sus manos, en trato eterno para una vida que busca ser reflejo de dos cuerpos agarrados a un verso en ausencia de palabras.
He sabido de rutinas que ahogan sin matar.
Ahora, que te evoco en el sin estar, siento lugares en mi cuerpo y mi cuerpo en otro lugar. Allí habrá pasarela que luce a público en singular, privilegio verte, siendo borde sin pintar.
...en un intento ciego, voy a ser tacto en tu espalda...