Hoy te pido una nana sin 'buenas noches'. Un cuerpo al que abrazar en la oscuridad. Unas sábanas frías que arropen nuestros cuerpos calientes.
Te ruego, que si has de irte, lo hagas en el silencio de mis sueños más profundos. Que no enturbies mi despertar con un 'adiós', pues no soportaré verte marchar semidesnuda. No de cuerpo, pero no solo de alma.
¿Qué es vacío sino que me arranques en despedidas intermitentes partes de un "que fui" para convertirme en un "no soy sin..."?
Aquí llegó, dando golpes en corazones que no escuchan, la conciencia de un dolor insostenible, para separar un pasado de un presente.
No quiero futuro. No quiero separar. No quiero conciencia, sino a ti.