viernes, 29 de agosto de 2014

Como un yo, sin ti.

   Podría llorarte. Alejar mi mano de tu mejilla y mojar las calles. Doler al dolor, creer en la amargura y la desolación. Ser bala que mata, ser calor que quema. Hielo. Tener agarrados los fetiches del pasado y manejarlos a mi antojo para hacerme sufrir. Pero no, hoy elijo la soledad. Tocarte desde la distancia, sentirte en tu ausencia y apenarme de tantos gestos perdidos con el tiempo, que no son devueltos. Porque nada perdona, ya que todo es irse, habrá que alejarse de lo vivido y afrontar el presente, mostrar las debilidades para hacerte frágil al destino y que este moldee tus sentidos.

   He deseado arrancarte besos a súplicas, estremecerme ante tanta anarquía en tus caricias, enterrar cada mirada a tu boca. Todo es en vano cuando se trata de ti. Mi debilidad. Debilidad. Débil.

    He encontrado un hueco por el que mirar. Hoy ha anochecido algo más que el día porque la luz desteñía y su claridad se convirtió en una turbia mezcla de colores palidecentes. Como un yo, sin ti.

jueves, 14 de agosto de 2014

(Foto)

    Festivales nocturnos en camas desechas. Besos entre sonrisas, caricias y abrazos. Despertares de madrugada con respiraciones en la nuca y cuerpos encadenados. Constelaciones de lunares con nombres de recuerdos pasados. Un "cierra los ojos" y un "déjame verte". Un "te toca abrazarme" antes de dormir. 
    Recitales de preguntas y respuestas. Propuestas a la locura y al amor. Sensaciones por las que retorcer los dedos de los pies. Colores que se hacen más fuertes con el tacto. Besos que se alargan con el tiempo. Dolor que mengua, que desaparece.

    "Un paso atrás, bien, ahora sonríe" (foto)

    Te quiero.
    

Cuando hayas contado cinco.

    Tras dejar todo de lado, ando perdido. He buscado en los bosques poderes divinos, luchado con plantas florecientes, vivido con duendes vagabundos, enamorado del nacimiento de un fruto, disfrutado del sabor del amanecer, odiado necesitar respirar, encontrado la paz en la soledad y aun así no me es suficiente.
    El ser humano es ambicioso y vivaz, pero desperdicia el tiempo buscando lo anhelado, dejando a un lado lo que ya posee, lo que puede disfrutar.
    Encontramos contradicciones en el día a día. El simple levantarse nace con un deseo constante de volverse a dormir. Buscamos el resultado sin ni siquiera haber empezado y yo, a medio camino entre el saber y el estar, me he parado a contemplar el tiempo.
   Mañana…crecerás en mis manos como si fuese tu alimento. Te quitaré todo salvo tu inocencia, eso tan tuyo, tan puro. Serás el alrededor de lo que amo, protegerás las lindes de mis esperanzas.
    Voy a caer en la muerte en vida, pero no tengo miedo si tengo la verdad de mi lado, la esperanza de renacer en el agradecido, el benevolente, el sincero.

    Ahora voy a pedirte que me amarres las manos, los pies y tapes mis ojos, luego cuenta hasta diez. Cuando hayas contado cinco ya habré muerto, así que empieza a sonreír y sigue.

martes, 12 de agosto de 2014

Mía...

    Camino hacia el otro extremo de la sala, sigilosamente, tras las sombras, donde nadie puede verme, para poder alcanzar tu mano antes de que salgas y no vuelva a encontrarte, para que al sentir mi tacto tengas un escalofrío, te gires y me mires a los ojos.
    Si he de vivir, deseo que sea ahora y, si he de morir, que sea contigo.
    Voy a entregártelo todo, no te asustes, soy sencillo si es que buscas sencillez y complicado si lo que quieres es dificultad. Soy tuyo así que haz lo que creas oportuno, desayuna, duerme, hazme pasear descalzo por la casa y enciérrame en el baño pero por favor, hazlo todo conmigo.
    Cuando sepas que todo es real quizás sea demasiado tarde pero a mí me valdrá pues he luchado por un segundo que por tarde que llegue, me habrás entregado. La finalidad de mis deseos es atrapar los tuyos y hacerlos míos. 
    Por último me embarco en una noche sin rumbo en la que te pido, te dejes llevar. Quiero que cierres los ojos y ahogues tu voz en el silencio. Será como hacer el amor en un mar de aire, mis suspiros erizarán tu piel, los susurros al oído tensarán tus músculos. Ansío rozar tus piernas con mis manos mientras floreces sobre mí; que seas mía...

lunes, 11 de agosto de 2014

Hacia la eternidad.

Adiós. 
Ni besos, ni abrazos, ni lágrimas, solo adiós.
No hay palabras que decir, ni anécdotas que contar, historias pasadas y deseos futuros; el presente está oscuro.
La realidad física ha sido un espejismo, fachada y oasis en medio de toda esta verdad psicológica que depara lo acontecido. 
Habrá momentos perdidos pero muchos se quedan y a ellos nos aferraremos para el recuerdo. Las decisiones tomadas pesarán pero solo los hechos que las acompañan nos han dado lo que hoy somos.
Me pesa, la vida me arranca lo que su nombre lleva y mis piernas se debilitan a cada paso. Una mente llena de pesar acompañada de un cuerpo sin cicatrices, porque esta guerra no deja huella en las heridas superficiales, porque aquí la recuperación va por dentro.

No hay que echar de menos lo que no se tiene, lo que ya no existe. 

La vista tiene límites ¿por qué el alma no? 

No comprendo el dolor, el martirio, el sufrimiento, la pena. No comparto la melancolía y el drama, no soporto la verdad. No quiero una vida que se rodee de todo de lo que escapamos. 

Si he de caminar, prefiero que sea descalzo, para sentir cada paso. Si he de llorar que sea sin limpiarme la cara, para sentir las lágrimas en mis mejillas. Pero si he de soportar esto para siempre, prefiero dejarme llevar a la eternidad.

viernes, 1 de agosto de 2014

Entender.

    Puedo entenderlos. Sus desaprobaciones, decepciones, enfados, llamadas de atención, peticiones, exigencias y necesidades económicas y morales.
    No pueden entenderme. Mi cansancio, llantos, súplicas, suspiros, dolor, congestión, desilusión, esfuerzo en vano, tiempo malgastado, deseo y dejadez.
    
    Me ha abandonado, aquello que fui y no volveré a ser. Ahora he de convencerme de lo que soy, aceptarlo, madurarlo y vivir con ello. Es como conocer a alguien nuevo, el miedo a que te desagrade pero con la ilusión de que pueda ser algo maravilloso. Yo, no tengo esa ilusión.
    Es triste llegar a este punto, así que invito a los dubitativos a seguir dudando hasta que dejen de hacerlo, pues una decisión mal tomada puede acompañarte siempre. Si la lucha interna se extiende acabará afectando a tu alrededor y, si hay algo peor que perderse, es perder a los demás.

    Llamadme drástico, exagerado, dramático...pero si alcanzar la felicidad es un camino de esfuerzo, el que lleva a salir de la desesperación lo es aun más.