viernes, 18 de julio de 2014

Desesperación.

    Experimento un continuo deseo de desaparecer. Escabullirme entre la gente y ahogarme en una esquina. 

    Tener que convencerme de que habrá solución, que saldré de este continuo que no cesa, esperando algo que no llega y que no puedo buscar porque no sé qué es. No creo que vivir haya de ser tan complicado, que se pueda tener tan poco valor ante los problemas o que el día a día sea un "arrastrar los pies por el fango".

    Lees libros, ves películas, te cuentan cuentos, anécdotas, historias reales y ficticias y dices "yo quiero estar ahí" pero es todo mera fantasía. Solo querría ser el protagonista de esos sueños que me hacen vibrar de emoción ante la vida y en cambio me llevo decepciones con apenas unos segundos que saben a libertad y me hacen olvidar lo suficiente para no caer en la desesperación. 

    Es duro mentir, seguir en un mundo de hipocresía introspectiva ¿amarte a ti mismo? Crecemos aislados del amor al prójimo y pedimos la satisfacción personal. Nos aferramos a la familia, amigos y religiones en busca de la comprensión y solo encontramos entrega e insuficiencia. Deseamos demasiado para lo que podemos tener o alcanzar.

    Lo triste del ser humano es conocer sus límites. Lo duro de arriesgar es perder. Lo peor del miedo es el dolor. Lo malo de la vida es la misma vida.

jueves, 17 de julio de 2014

Mi hogar.

    Cuando regreso a casa y paseo por las calles que me han visto crecer, me entristezco. Cuando veo niños jugar en las plazas y mujeres que recordaba adolescentes, me entristezco. Cuando me saludan por la calle sin ni siquiera conocerme y se me olvida la respuesta después de tanta ausencia, me entristezco. 

   Irse es olvidar, pero regresar es envejecer. A la misma vez cada paso dado es un sin fin de recuerdos. Cada amanecer en mi cama es recobrar la inocencia. Cada abrazo a un familiar es un reconforte vital. Cada comida casera es un sin fin de placeres. Cada sombra en el jardín es mi rincón favorito.

   Mi hogar. Mi vida. Todo fluye en constante ir y venir y yo me mantengo en medio. Más que frenar yo pediría que redujesen la velocidad, porque quiero saborear cada segundo. No quiero olvidar.

martes, 15 de julio de 2014

Renacer.

    Para regresar hay que estar entero pero yo dejo trozos de mí en los parajes en los que me hallé. Aquellos lugares remotos, ausentes de tierras y bosques y en los que solo estaba yo. 

    Desvalido he arrojado mi cuerpo al río y mis penas me llevan a contracorriente para devolverme a mis inicios y permitirme renacer. 

    Saltar no está tan mal si sabes que en la caída no habrá dolor, pero para esta no hay fondo igual que para una vida sin vida no hay muerte. 

    Habrá respuestas esperándome, soluciones para mis problemas, pero es que yo no necesito eso, sino problemas para los que yo mismo tenga solución.

   Ahora clavo la servidumbre en mi espalda y prometo mantenerme erguido. Hoy me prometo lo eterno y destierro lo diario al olvido, porque si merecer es luchar yo seré mi propio guerrero. Porque si he de deber, que sea mi cuerpo el martir.

Ella irá y yo me quedaré.

    Ella irá y yo me quedaré.
    Romperé las dudas, te haré el amor, dejaré solos los días, caminaré en las noches en busca de mares en los que nadar y luego te dejaré marchar. 
Agarraré tu corazón y balancearé tu alma hasta dejarla adormecida en mis brazos, me quedaré acurrucado en tu cintura y seguiré, para poder algún día parar.

    En este parpadeo eterno donde se ausenta el color y perdemos los sentidos yo aprenderé a verte a oscuras. Porque en esta ceguera emocional, yo dejaré que me lleves.