Probar a ser
como se prueba el alba. Crepúscula expansión de la manera de amarte
que, ante los rayos, ponen (quizás) en duda la tonalidad de tus
cielos. Claro, de ceguera y tacto, el calor se hace cuerpo y me
acecha, yo, siendo conocido malhechor, prendo mis prendas y me dejo
prender, en desnudez aparente(mente) pura.
Elegir, como
se elige el aire. Mausoleo de espiga y alarde (alambre), donde cupo
el lamento del dolor de dolores y huyen los vicios malheridos por la
cura ¡MÍRAME! Suspiro el delirio como consciente de mi locura,
aunque es mentira, teatro de doble fila, finjo para tu atención que
también es aire (oh...mi amor).
Tocar, como se toca la espera. Allá por lo
leve de la sombra, nacen los murmullos, crece mi alma y la oigo
romper (CRASH...CRASH). Se esconde al retiro (la propia sombra) y
vierte las aguas en regadío secreto a tu belleza, que es solemne y
viva, como vivo es el que mata y vivo es, el que muere.
Acontecer,
como acontece el equilibrio sobre el lienzo. Duro escalofrío sin
tiempo ni sensación, que esclarece a borbotones de mi espacio,
siendo yo escafandra y el derredor reflejo. Digamos pues, que
normalmente soy espejo y, contigo, soy obra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario